Quizá sea lo más benévolo (para todos) que se puede expresar al despedirnos de alguien indeseable. Hay gente cuya presencia se hace ardua y dolorosa; gente que nos molesta, que nos zarandea, que nos coarta.
Somos animales normativos. Las normas son los límites que nos ponemos unos a otros para hacer viable la convivencia, los contratos en los que intentamos fijar unos intercambios razonablemente satisfactorios para todos. La regla es la templanza del fuerte y el amparo del débil, y ambas cosas nos hacen mejores.
Spinoza tiene la virtud de exponer complejos asuntos con imágenes escuetas y sobrecogedoras. Paradoja del pulidor de lentes, austero y monótono, redactando un tratado de ética como si se tratara de geometría.
¿Qué es lo que hace que una persona más o menos bondadosa y afable, a la que en general los otros tratan bien, se convierta en una hostil impenitente? ¿Qué es lo que la atrapa en el resentimiento y la hace vengativa? ¿Qué es lo que le impulsa a la saña y el rencor?.
Rara vez contamos con la garantía de que lo que esperamos sea realmente mejor que lo que tenemos. Un manido argumento en los discursos conservadores y conformistas de todos los tiempos, pero lamentablemente en eso tienen razón..