sábado, 20 de enero de 2024

Caemos, luego cabalgamos

Nuestros errores nos forjan tanto como nuestros triunfos. O incluso más, porque con ellos se abren nuevas rutas al futuro. El fracaso, más que el ladrido del refrán, es muestra de que cabalgamos, es la resistencia del aire que da fe de nuestro vuelo..
Hay errores lamentables, pero no hay que quedarse mucho en el lamento. Al menos si salieron de la buena intención, si intervinieron la prudencia y la sensatez. Por supuesto, nada de ello es un aval, ni atenúa el escándalo de un error estrepitoso. La buena intención no justifica la temeridad, la estupidez o la crueldad, como el fin no justifica los medios: cada acto es un todo en sí mismo, aunque se remita a un objetivo espléndido, y tiene que dar cuenta por sí mismo de lo que es y de sus consecuencias. Porque el acto es una realidad contundente, mientras que las metas son, como dice J. A. Marina, ficciones: cantos de sirenas que nos llaman a través de la niebla del futuro. 
Así que los errores pueden ser una pena o merecer una condena, pero la vida está por encima de ellos y hay que seguir viviendo. Un retiro para lamerse las heridas no debe ser más que otra etapa de nuestro empeño en medrar y avanzar, para cumplir el proyecto en el que creemos. Después del lamento, hay que reflexionar y regresar al mundo. Y seguir equivocándose.

3 comentarios:

  1. El éxito y el error forma parte de nuestros juicios, con lo cual son un sueño como otro. Y parece haber una ventaja evolutiva en imaginar que siempre, ocurra lo que ocurra, hemos salido exitosos y ganando algo, en vez de fijarnos y valorar habernos equivocado.

    Saber qué nada tiene sentido, ni valor, ni una razón de por sí, con lo cual se concibe todo como fruto de nuestras arbitrarias consideraciones y valoraciones nos permite hacer este juego. Los judíos llevan haciéndolo desde hace 5000 años, y les ha permitido sobrevivir, y terminar dominando occidente.

    Uno sólo pierde realmente cuando abandona y se rinde, porque se cree que realmente ha perdido. De hecho, una gran estrategia para vencer es hacerle creer al enemigo que no tiene ya salida.

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    1. Sí. Los errores son tan nuestros como los aciertos, e incluso más. Hay que insistir en la poética del error.

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  2. Claro, aunque existen diferentes niveles de errores, ¿no? Creo que fue Woody Allen quien comentó: "Hay errores que son ponerse un calcetín de cada color y otros, invadir Rusia en invierno".
    Pues eso...

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