martes, 19 de octubre de 2021

Verdad y rol

La verdad que prevalece suele ser cuestión de convención
, de acuerdo colectivo, de consenso mayoritario. Al menos la verdad práctica, la que nos sirve de código para la convivencia y rige en nuestra vida cotidiana. Por cuestionable y provisional que resulte, es la verdad que se impone, en tanto que artefacto de la tribu.


Por suerte, algunos espíritus libres quizá se atrevan a someterla a la crítica y al cedazo exigente de la discusión. Pero incluso entonces seguirá siendo el referente. 

Si la verdad funciona como acuerdo social, entonces, uno de sus mayores valedores debe ser el poder. Y el poder reside en el rol. La sabiduría, tan difícil de objetivar, es también un papel: el que jugaban, por ejemplo, los ancianos en las tribus; el que se atribuye al chamán y al dirigente. 

Los hechiceros actuales son los especialistas: científicos, técnicos… Un mero título (que no certifica más que unas horas de estudio y la superación de unas pruebas arbitrarias) ya inviste de categoría; pero ocupar una tribuna (la del médico, el psicólogo, el profesor, el asesor…) aún confiere mayor poder referente. 

El poderoso impone su verdad por la fuerza o por la propaganda; el especialista, con esa otra preeminencia que es el rol. Quien piense por sí mismo correrá siempre el riesgo de ser tachado de ignorante.

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