Algunas canciones abren las puertas como una ráfaga de encantamiento.
Ciertas composiciones nos hechizan como damas o mundos.
Las hay que llegan a nuestras playas desde tierras extrañas y tiempos remotos, pero tan nuestras como ecos de ese yo que habita en el exilio.
Otras nos encontraron como el amor brujo, al volver la esquina.
Aquí pongo sus letras, filtradas por el corazón, para tenerlas cerca.
Mi pajarillo viajero (Ξενιτεμένο μου πουλί)
El auténtico amor jamás se desvanecerá (True Love Will Never Fade)
Linda muchacha, ¿sigues acordándote? (A rìbhinn òg bheil cuimhn' agad)
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