Una pareja me cuenta que, estando de vacaciones, conocieron a otra con la que trabaron amistad. Al principio les entretuvo la charla agradable y les gustó compartir alguna actividad. Pero cuando comprobaron que, desde ese momento, la otra pareja contaba con ellos para todo, y hasta les organizaba el programa, se sintieron atrapados y ya no les resultaron tan gratos.
Después de varios días de no poder sacárselos de encima, de soportar su cháchara incesante y no encontrar modo de escabullirse, la incomodidad se convirtió en ojeriza. Recibieron el final de las vacaciones con verdadero alivio.
No es un problema menor. La vida se amarga por estos detalles. Es la diferencia entre lo equilibrado y lo abusivo, entre asociarse o invadir. Aunque, ¿habrían considerado aquellos su modo de actuar como abuso o invasión? La discrepancia de puntos de vista, de deseos, de expectativas, es el eterno problema de los encuentros humanos. De todos los encuentros, puesto que, incluso entre mis dos amigos fastidiados, seguro que hay muchas diferencias. ¿Podríamos aprender a ceder lo justo sin acabar cediendo demasiado? ¿Facilitarnos las cosas, y pedir sin exigir, y negar sin acritud, y admitir los límites sin ofensa? Quien se mantiene fiel a sí mismo con naturalidad se evita muchos disgustos.
Sí, es un tema curioso y sucede en muchos ámbitos, incluso laborales.
ResponderEliminarEstoy escribiendo algo que se basa, de fondo, en la idea esta del post )y de lo que veo que llevas ya unos días escribiendo)- Será lo próximo que colgaré cuando tenga tiempo. Sólo avanzaré una cosa ¿cuántas veces el invasor es invadido? Escribe Salustio que la conquista de grecia transformó por completo a los soldados romanos y dio pie a que el helenismo conquistara roma.
ResponderEliminarYo veo la vida como un toma y daca constante y la cuestión es simple ¿sabes bailar?
¡Qué interesante! ¿También escribes? A veces se me había ocurrido, si no te había preguntado fue por discreción (dicho con más claridad: miedo a meter la pata).
EliminarLa cuestión que pones en el candelero no es menor. Genial el ejemplo del que partes: Roma triunfante, fecundada por la civilización que conquistó. Toma y daca. Esto me recuerda una frase que escuché hace unos días en una serie de TV, y que me ha dejado dándole vueltas: cuando tocas algo, ese algo te toca a ti. Recuerda a aquella otra de no sé qué película: "Si mira al mal a la cara, el mal le devolverá la mirada".
Vamos, lo que dices, que no se puede dar un paso sin que una huella también quede en nosotros. En cuanto a lo de saber bailar, pues ya ves, todo lo que escribo es un esfuerzo por aprender, al menos, los rudimentos. La torpeza es considerable, pero pongo mucho empeño. Que saques buen partido a tu investigación.
Si escribo mis "digestiones intelectuales" en un blog. Ahí, pues, le voy colgando reflexiones, juegos intelectuales que me vienen a la cabeza y cosas así. es un poco como mi taller de ideas
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