Eso es lo que siempre repitió un amigo mío muy sabio. Sin embargo, aunque esté dispuesto a aceptar un lugar secundario, reivindico también el papel del padre, más allá del mero apoyo logístico o de agente de la ley.
La verdad es que la naturaleza no es muy cordial con la figura del macho. Le ha reservado el mero papel de fecundar a la hembra, que es la que trabaja a partir de ahí (sobre todo en el caso de los mamíferos). Es probable que los hombres no tengamos el mismo «instinto» de apego a la prole que las mujeres; como ha dicho algún psicólogo, nueve meses de gestación, un parto doloroso y un par de años de lactancia blindan un vínculo muy fuerte.
Pero lo humano enmienda la naturaleza. Los vínculos y sentimientos trascienden el señorío de los genes: intervienen la ética, el rol social, el puro amor. No sé qué habrán sentido los demás, pero yo precisé el afecto de mi padre y necesito dárselo a mi hijo (confío en que él también me necesite, al menos un poco). Su nacimiento reconfiguró el mundo: descubrí qué era realmente importante, comprendí que yo había nacido para cuidar de aquella criatura, y no recuerdo haber tenido una experiencia más luminosa. Los hijos serán de las madres, pero el mío también lo es de su padre.

Buena pregunta... ahora voy liado pero ya comentaré alguna tontería jaja
ResponderEliminarBienvenido siempre, ni que decir tiene.
ResponderEliminarSé que el tema suena un poco rancio, cuando la (justa) reivindicación femenina es compartirlo todo en plano de igualdad. Sin embargo, por lo que respecta a la crianza de los hijos, es más que evidente lo mucho que nos queda por recorrer.
Por un lado, un número considerable de padres sigue "delegando" el asunto en la madre, seguramente por propia comodidad. Pero también son muchas las madres que nos ponen trabas cuando intentamos implicarnos, como si los hijos fuesen su feudo.
Las madres parecen tener a su favor, por goleada, la inercia de la especie. En un libro de antropología, recién publicado y muy documentado, leo: "Es un hecho bien conocido que en todas las culturas son las madres, y no los padres, las que se encargan de casi todo el cuidado de la prole. No obstante, en la mayor parte de los casos, los hombres realizan funciones relacionadas con la obtención de alimentos, la seguridad y la educación de los hijos". ¿Habrá algo innato en la distribución de roles? Probablemente, pero, ¿hasta qué punto debemos ceñirnos a lo innato?
Ahora tengo algo más de tiempo... es un tema interesante y conflictivo a la vez. Pondré algunas ideas así a vuelapluma:
ResponderEliminar¿Cuántos hijos podría tener un hombre? ¿Y una mujer? Yo creo que esto tan simple afecta profundamente...
El matrimonio, que lo podemos ver como una degeneración del "haren" para las clases bajas y pobres (todos los hombres poderosos de civilizaciones antiguas tenían haren y un montón de hijos), nos ha llevado a tener una relación especial con los hijos. Especialmente si tenemos pocos.
Pero también hay algo genético o innstitntivo. Las mujeres, si se sienten especialmente femeninas, pueden llegar a ser sorprendentemente irracionales. Es decir, las razones les importa un pito. Hecho es que si tienes que discutir con ellas date ya por vencido.
A un hombre lo puedes manipular muy bien dándole algunas razones que le parezcan obvias, pero hacerle eso a una mujer es mucho más difícil. A las mujeres es más fácil convencerlas de otro modo; tratándolas de un modo mucho más sensitivo por así decirlo. Y eso afecta mucho al trato que ellas y nosotros tenemos con los niños, especialmente cuando son muy pequeños
Ahora bien, la figura de un padre marca profundamente a un hijo... y a una hija. Para bien y para mal. La madre quizás los cuide más, muestre constantemente preocupación por ellos (las mujeres tienden siempre a exteriorizar sus sentimientos y sensaciones), pero el padre es un modelo para ellos. Y como padres muchas veces no somos conscientes como nos ven y "nos viven ellos".
Pero al final, los niños se van haciendo mayores y seguirán su propia vida y si bien es cierto que te gustarían muchas cosas buenas para ellos, al final son ellos los que se tienen que buscar la vida.
Caramba, qué reflexión más interesante. Y, en efecto, el tema da para mucho.
EliminarHombres y mujeres pertenecemos, claramente, a universos distintos. Y no siempre son paralelos. Acertadísima tu consideración sobre la dicotomía racionalidad / irracionalidad (o emotividad). Las razones nunca me han servido para resolver diferencias con una mujer. El tema es de calado, pero es otro tema.
La cuestión que me interesaba tantear en este artículo es el rol de padre, que tanto ha cambiado en los últimos tiempos. La inercia de la especie sigue vigente, y de entrada mi amigo tiene razón: los hijos son de las madres. En el pasado había buenos motivos, tanto biológicos como culturales, para ello. Pero, como bien dices, las circunstancias han cambiado. En muchos aspectos, hombres y mujeres tenemos que reinventarnos. Hay muchos factores, explícitos e implícitos, que nos ponen difícil a los hombres contar con un espacio más amplio respecto a los hijos. Y ahí estamos...
Interesantísimo debate. Me recuerda a algún episodio de "La Clave" del maestro comunicador Balbín, cuando los debates eran debates.
ResponderEliminarTan solo quería hacer una aportación. Creo que fue Teresa de Calcuta quien señalaba: "No te preocupes si tus hijos no te hacen caso, te observan todo el tiempo". Me parece muy acertado.
Saludos cordiales
Acertada observación, desde luego. Y eso es lo que cuenta. Aunque duela un poco (supongo que egoístamente) tener que ir apartándose para que se abran paso por sí mismos en la vida. Amarlos, supongo, es ceñirse a lo que ellos necesitan. ¡Ley de vida!
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