Está de moda en el coaching hablar de la «zona de confort» para referirse a esa cotidianidad cómoda que hemos ido fundando a fuerza de negociar con la existencia: yo no pediré demasiado con tal de que tú no me causes grandes sobresaltos. La zona de confort son los hábitos con los que hemos simplificado la vida. Resulta muy práctica, pero nos hace reticentes a la novedad.
No es extraño que actualmente tenga tan mala prensa. El capitalismo nos necesita descontentos, para que siempre queramos más, y por tanto trabajemos más y adquiramos más. Una persona cumplidora pero poco ambiciosa no es muy productiva. Por eso hay que espolearla un poco, empujarla fuera de la «zona de confort» ―faltaría más― a esa otra área que algunos califican nada menos que de «mágica», donde nada parece bastante y se aspira siempre a algo mejor.
No defenderé el conformismo: la vida pierde el sabor si no la jalonamos con deseos (acompañados de sus correspondientes placeres y frustraciones), con proyectos que nos seduzcan y den razón de ser a nuestras monotonías y a nuestros contratiempos. Sin embargo, me fastidia que me quieran reducir a mero consumidor de deseos, y que condenen los frágiles apaños de tranquilidad sin los cuales la vida se me haría indigesta. Vale un poco de magia, pero que no me toquen el confort.
Postureo emocional
ResponderEliminarSí, tiene mucho de moda y postureo, pero da una muestra de eso que Byung-Chul Han llama "sociedad del rendimiento". Les molesta que estemos demasiado relajados: el sistema nos quiere productivos las 24 horas. Luego resulta que se dispara el consumo de ansiolíticos.
EliminarDe todos modos, a medida que las máquinas nos sustituyan y aumenten (aún más) las bolsas de paro crónico, supongo que el discurso irá cambiando y volverán a fomentar nuestra faceta hedónica de consumidores (sobre todo de ocio). Ya se va viendo algo de eso, por ejemplo, con las plataformas de "steaming".
puede ser, estaremos al tanto para ver como viran los "mensajes filosóficos" que les lanzan a la gente según les interese un tipo de comportamiento (forma de vida) u otro.
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