Sócrates opinaba que, una vez elegida una hipótesis, había que ponerse a toda costa de parte de ella, y defenderla a muerte. Intuitivamente, se diría que es la vía natural para el conocimiento: ¿cómo vamos a avanzar si cuestionamos cada paso que damos?
Sin embargo, el método científico no funciona del todo así. Se trabaja duro para confirmar las hipótesis mediante constataciones a favor, pero a la vez se pone a prueba férreamente su veracidad buscando indicios que la contradigan. Esta segunda tarea tiene más valor que la primera, o al menos sus resultados apuntalan con más fuerza la validez de la hipótesis (si están a su favor), al haberla sometido a una mayor exigencia.
Nos es fácil concebir elementos a favor de nuestras convicciones. Todas las creencias metafísicas se basan en ello. “Si me adivinó lo que estaba pensando es que me lee el pensamiento”. ¿No será que solo te fijaste en lo que adivinó? Hacemos lo mismo con nuestras suposiciones: “Nunca me saluda, luego me tiene manía”. ¿No lo hará porque tú tampoco le saludas? Hay que someter a nuestras convicciones a evidencias y objeciones en contra: no es garantía de verdad, pero sí una alerta ante la posibilidad del error. ¿No era eso lo que hacía Sócrates por las calles de Atenas?
Siempre he pensado que Sócrates, al final de su vida (cuando se puso a filosofar por Atenas) estaba sumamente decepcionado y harto, con la deriva que había tomado la ciudad después de haber sido el faro de Asia menor. Entonces se puso a "demostrar" que nadie tiene razón ni sabe nada, pues son todos unos ignorantes. Y la verdad es coto privado de los dioses.
ResponderEliminarLa figura y la ideología de Sócrates son, desde luego, polémicas. Su deambular por las calles cuestionándolo todo debía tener un efecto agitador y extravagante. Pero, a juzgar por la cantidad y calidad de sus seguidores, no parece haber sido un agrio inconformista. Yo prefiero creer que tenía la intención de hacer a sus coetáneos más exigentes con la reflexión y la dialéctica, sometiendo todo a crítica y, para empezar, sus propias convicciones. La verdad no como dogma, sino como permanente y rigurosa tarea de aproximación. Con ello despejó el camino de la filosofía.
EliminarAproximación a donde? Si no conoces la verdad como sabes que te aproximas a ella?
EliminarExacto. No lo sabes. A eso me refería, jaja.
Eliminar;)
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