martes, 23 de abril de 2024

Amigo y enemigo

¡Qué frontera tan sutil separa al amigo del enemigo! El cambio en alguna clave puede transformar los roles y los significados, reorganizando el ecosistema de interacciones.
A veces de un modo brusco o dramático como un terremoto, otras con una discreta acción que irá mudando el paisaje con el tiempo, como hacen los ríos al socavar montañas y al amontonar aluviones. 
Una palabra a destiempo puede inaugurar un agravio que predisponga a nuevas ofensas. Una leve traición puede abrir en el alma una herida que se infecte. Un malentendido puede entenderse cada vez peor. En lo trivial, a veces, se fragua lo imperdonable. Hay grietas que quieren ensancharse, y ni nuestros mejores deseos ni nuestros mayores esfuerzos bastan para restañarlas. Tras algunas riadas se puede volver a sembrar los campos, pero otras lo dejan todo yermo. 
Las relaciones humanas mutan sin cesar, y si algunas tienen continuidad es porque lo esencial permanece intacto: un rol inapelable, el interés mutuo, el afecto, la necesidad, incluso la voluntad. Pero la voluntad puede poco si se trastoca lo demás. La voluntad se cansa de perseverar si el vínculo languidece. Amigo y enemigo se suceden con tanta precipitación que uno diría que siempre están ahí los dos, y que lo que nos decanta por uno o por otro son los vaivenes de la vida.

2 comentarios:

  1. A veces, una forma de establecer una fuerte amistad con alguien es empezando como enemigo suyo. Y al revés, una forma de establecer una fuerte enemistad es empezando como un gran amigo suyo

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