sábado, 27 de abril de 2024

¿De qué nos sirve saber?

Por lo que respecta a la vida, ¿de qué nos sirve saber? ¿Nos ayuda realmente a hacer las cosas mejor, a sufrir y hacer sufrir menos, a equivocarnos menos, a prevenirnos de quien nos dañará, a defender la alegría? ¿Acaso en todo eso no predomina el ascendente de las emociones, del azar, incluso del misterio?
Saber es un instrumento precario, y sin embargo lo buscamos con afán. Ante todo, porque nos tranquiliza, nos calma el terror de la incertidumbre. Seguiremos sabiendo mal, seguiremos dejándonos llevar por el arrebato en contra de la convicción, seguiremos siendo torpes y compulsivos. Pero al saberlo tal vez podamos sobrellevarlo mejor; tal vez podamos, incluso, maniobrar mejor. Si vivir es un arte, tiene mucho de intuición, pero también algo de experiencia. 
Saber puede ayudarnos si somos diestros en convertir el conocimiento en acto. En acto reiterado, que acabe por ser hábito. Saber no cura, saber no garantiza, saber no guarnece. Por acopio que hagamos de conocimiento valioso, siempre seguiremos siendo los mismos seres expuestos e incompletos, arrojados al mundo con el horizonte de la muerte, atrapados en sí mismos y en la herencia recibida. Nuestro saber será siempre parcial y limitado, la vida siempre lo sobrepasará. Sin embargo, es lo que tenemos: somos pobres, pero no míseros.

3 comentarios:

  1. El saber tiene sentido, necesidad y triunfa siempre que tengas algún proyecto vital que lograr.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Algo que hacer con él. Saber para vivir. A menudo lo olvidamos.

      Eliminar
  2. Hay gran parte del saber, que prefiero no saberlo...para vivir más feliz.

    ResponderEliminar