martes, 3 de marzo de 2020

El sueño de Pico

Giovanni Pico della Mirandola fue toda su corta vida
un espíritu atrevido y apasionado.


    Escarmentado de amoríos después del rapto fallido de una mujer casada, se entregó a un proyecto más ambicioso y seguramente imposible: reunir al máximo número de sabios para debatir la totalidad del conocimiento filosófico, que él había intentado compilar ya en 900 tesis a modo de programa. Ni sus contemporáneos estaban por la labor ni el papa Inocencio VIII iba a correr el riesgo de que el conocimiento se escapara del control de la Iglesia, máxime teniendo en cuenta que el espíritu independiente de Pico no le había hecho ascos a ninguna tradición, incluidos Zoroastro, Orfeo y la Cábala.

El congreso de Pico (su soñada Disputa) no se celebró, pero el alegato preliminar que había preparado se convirtió en un hito de la emancipación del individuo: el Discurso sobre la dignidad del hombre sigue alzando la voz para recordarnos que el hombre es digno y libre para pensar por sí mismo y hacerse en función de su voluntad; que nunca hay que despreciar de entrada ninguna fuente ni ninguna opinión, pues la diversidad es una riqueza que le da más oportunidades a la verdad; que no hay que temer la discrepancia ni la discusión. «Vayamos pues al combate», concluía.

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