sábado, 28 de marzo de 2020

Facciamo finta che...

Como ventana abierta desde mi celda, cada día escucho por internet el monólogo de Carlos Alsina en Onda Cero. Él lo llama Diario de pandemia. Quince minutos de humanidad y sensatez, una ráfaga de aire fresco y curativo en medio de la oscura nube que nos asfixia. Y cada día lloro y sonrío y encuentro en sus palabras un alivio que se parece a la esperanza.


Con las humildes historias de gente que le escribe, con las preguntas indignadas que todos nos hacemos, repudiando mezquindades, Alsina nos hace sentir que no estamos solos. Su voz grave y tierna parece la de un padre que abraza y exige resistir. “Un día menos para acabar con esta pesadilla”, recuerda siempre al comienzo. Y nos despide animándonos con una canción italiana vieja y rudimentaria, irresistiblemente simpática, que Ombretta Colli entonaba en los setenta; una melodía esquemática y pegadiza repleta del ingenuo hálito de aquellos años jóvenes, cuya letra evoca todas esas cosas simples que ahora hemos perdido y que son las únicas por las que vale la pena vivir: “Hagamos como si todo fuera bien… Que los mayores estén bien, que los jóvenes tengan siempre una oportunidad, que tengamos salud…” Ya debemos ser muchos los que la cantamos llorando. En tiempos de oscuridad, la diferencia la marcan los que, como Alsina, encienden una luz.

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