viernes, 23 de abril de 2021

Educarnos

Marco Aurelio dedicaba las noches de insomnio a escribirse a sí mismo
, cosa que no le libraría de fatigas al día siguiente, pero quizá le reconfortara en las duras jornadas de gobierno y guerra.


En sus Meditaciones nos ha dejado la sabia colección de pensamientos, palabras de ánimo y también tirones de orejas con los que procuraba educarse (y que quizá tendría que haber aplicado con más ahínco a su hijo y funesto sucesor Cómodo). «Hoy he escapado de los estorbos… Eran mis opiniones», rumiaba el emperador estoico. «Acostúmbrate a lo que te cuesta». «No divagues más… Apresúrate hacia la meta». «En ninguna otra parte se encuentra más sosiego y quietud que en la propia alma». «Cuando tropieces con una falta ajena, vete y busca qué falta parecida cometes tú». «No malgastes lo que te queda de vida conjeturando sobre los demás». «Morirás pronto y aún no eres sencillo, ni imperturbable»… 

Todos, de un modo u otro, nos dispensamos comentarios, felicitaciones y reproches. Todos dialogamos con nosotros mismos para lamentarnos y para enderezarnos. La lección de Marco Aurelio es que podríamos hacerlo de forma más atenta y sistemática. Hay que reservar esos ratos de retiro para encontrarnos con nosotros, y juzgar, y educarnos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario