viernes, 21 de mayo de 2021

Necedades compartidas

Uno esperaría que el grupo siempre resultase más sabio que el individuo
: al fin y al cabo, en un colectivo son muchos los que piensan, y es sabido que «más ven cuatro ojos que dos». Y, sin embargo, según los que investigan estas cosas, parece que no es así, que el grupo no solo no implica garantía de rigor o amplitud de miras, sino que más bien pasa todo lo contrario.


Arguyen los especialistas que los grupos tienen sus propias dinámicas, que sustituyen a las de cada individuo por separado, o al menos las condicionan. Estamos programados para priorizar la cohesión a la opinión personal, y la adaptación a la lucidez: de ahí que al estar en muchedumbre se tienda a suprimir discrepancias y apoyar la opinión mayoritaria, aunque en el fondo no se esté de acuerdo y por peregrina que pueda resultar. No solo eso: el apoyo colectivo hace que la gente se manifieste más confiada en la exactitud de las opiniones y las decisiones tomadas. Relacionado con esto, resulta que las posturas de los grupos tienden a ser más extremas que las de los individuos: el reparto de responsabilidad que implica un colectivo diluye la prudencia personal y alienta una seguridad artificiosa. 

Moraleja: cuestiona a tus grupos como a ti mismo, porque no escasea tampoco la necedad compartida. 

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