En la película Excalibur, Arturo, furioso, hinca su espada entre Ginebra y Lanzarote, esposa y amigo infieles, mientras duermen. «¡El rey sin espada!», grita aterrado Lanzarote al despertar. «¡La tierra sin rey!»
Empiezan entonces largos años de penuria, una era sombría, mientras los caballeros buscan por el mundo el Grial que pueda obrar el milagro de sanar al rey y el universo entero.
¿A qué viene tanta angustia por alguien que, por muy rey que sea, no deja de ser un simple hombre? Esa lectura literal no hace justicia a un mito, por otra parte bellísimo, sobre los avatares del ego, la voluntad, la pasión y la redención de uno mismo. Camelot es la realización humana, la persona completa y templada. Arturo, el Yo que unificará la personalidad dividida e instaurará el equilibrio interior. Excalibur representa el símbolo de su soberanía y su poder. La tierra sin rey es el retorno del caos interno, la debilidad que nos convierte en seres desamparados e incapaces de controlar a los déspotas que hacen estragos, desde dentro y desde fuera.
Necesitamos recuperar a ese rey sabio y justo que ponga límites a amenazas y temores: el miedo es un daño, y una puerta abierta a otros. Necesitamos un Perceval que haga la pregunta correcta (entienda), traiga el Grial (actúe) y restaure el orden y la paz.
Me ha gustado mucho e text...
ResponderEliminarEs cierto que el caos, ya interior como exterior, implica debilidad, decadencia, desmembración, conflicto, dolor, destrucción y corrupción... pero hay algo internamente contradictorio y paradójico en eso; la debilidad es, sin embargo, inicio y oeigen convulso de algo nuevo, de un nuevo orden, de una nueva forma y prosperidad y por ello, de unnuevo estus de las cosas.
Muy cierto. Y es probable que el mito del Grial también simbolice ese renacer a partir de la destrucción. Caos y orden se sucederían en un vaivén infinito, como creen los hindúes. Sin llegar tan lejos, podríamos concluir (siguiendo el hilo de lo que sugieres) que, en el plano personal, solo temen la decadencia los que no saben ver en ella la simiente de la renovación. Muchas gracias por tu comentario. ¡Aprovecho para saludarte!
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