martes, 9 de noviembre de 2021

Polvo enamorado

Si algo da valor a nuestra fútil existencia es la pasión que ponemos en ella.
«Polvo seré, mas polvo enamorado», escribió Quevedo en uno de sus más hermosos sonetos.


Ahí se resume el sentido: no parece tan terrible que todo acabe en polvo, si hubo amor. Si nuestra presencia puso en el mundo el deseo, el esfuerzo, la batalla, la tarea. Tagore dijo algo parecido: «Sé que amaré la muerte como he amado la vida». 

Lo que prevalece del dolor no es lo que él nos hace ―es solo sufrimiento, o sea, miseria―, sino lo que nosotros hacemos con él: como los alquimistas, procurar convertirlo en oro. Crecemos cada vez que plantamos cara al dolor, cada vez que lo acogemos y resistimos. Crecemos, claro está, para nosotros mismos, pero con eso es suficiente. Porque somos nosotros, al fin, quienes tenemos que encontrar valor en nuestra presencia. 

Lo que da valor a la vida es lo que cuesta y nos obliga a persistir. Persistimos porque amamos: es del amor del que sacamos las fuerzas. Pero también amamos porque persistimos: al perseverar y al entregar nos encontramos en lo amado. El zorro se lo dijo al Principito: lo que da valor a tu flor es el tiempo que le has dedicado. Florecemos al volcarnos en algo con todo nuestro ser, fructificamos al amar. 

1 comentario:

  1. Somos puro deseo... aunque no todos deseamos lo mismo, ni con la misma intensidad.

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