Gente seria

A menudo me cruzo con gente que pasea su expresión circunspecta y altanera como si tuvieran contractura de cuello o mala digestión. Son personas que se estiran, supongo que con intención de parecer más altas; que aprietan los labios, quizá para que no se les escape una sonrisa; que fruncen el ceño, tal vez para intimidar. A los simples deben vernos como estúpidos.

En el mundo pulula demasiada gente importante. Eso demuestra lo poco que hemos evolucionado, lo tribales que seguimos siendo. En la tribu hay que asegurarse de que a uno le respetan, que incluso le temen un poco, y no permitir un atisbo de debilidad. Hay que parecer siempre muy formal y capaz, no vayan a ningunearle a uno y a dejarlo atrás. En el fondo, esa gente tan severa tiene razón: somos estúpidos, pero porque los tomamos tan en serio como ellos a sí mismos. 

Un amigo me aseguraba que, para que los demás le tratasen como a un superior, le bastaba con dirigirse a ellos como si realmente lo fuera. Yo he probado el experimento y funciona bastante bien. La superioridad es una cuestión de rol, y el rol, ya se sabe, es cuestión de actuar convincentemente. En sociedad, ser es parecer. Sin embargo, puestos a elegir papel, sigo prefiriendo el humor y la espontaneidad que regala la sencillez.