Prevenir

Hay veces en que todo está donde debe y las cosas parecen fluir por sí mismas. Se puede vislumbrar esa armonía incluso en las dificultades. Es como si el mundo cerrara todos sus círculos y ofreciera un conjunto tan eficiente y bello como una obra de arte.

En cambio, en otras ocasiones parece suceder lo contrario: que reine el caos y que la vida ponga trabas a cada paso. Las pocas cosas que están en su sitio parecen querer salirse de él. Cada pequeño avance cuesta un gran esfuerzo, como cuando caminamos contra el viento. Y cuando diríamos que ya estamos viendo la salida de un túnel, nos encontramos metidos en otro peor. 

¿Mera cuestión de suerte? Quizás a veces, quizás en parte, pero la suerte no puede ser la única clave. Todos atravesamos tormentas en nuestros viajes, pero hay quien confía en la improvisación y quien se prepara metódicamente, entrenándose, previendo lo que será necesario, asegurándose de que todo quede a mano para cuando no haya tiempo de buscarlo. Hay quien procura reflexionar para tener los planes listos, quien forja su carácter y acrisola su conocimiento y asegura complicidades para que se pongan de su parte en los momentos críticos. Ya lo dice el refrán: prevenir es tan arduo como conveniente. El arte es hacerlo bien.