miércoles, 1 de marzo de 2023

Invocaciones a Lázaro

Hay personas que sacan lo mejor de los otros: porque creen en ellos, porque los motivan, porque los avivan, porque los orientan. Un verdadero líder sabe poner coto a lo mezquino para que emerja lo sublime que hay en todos y cada uno.


Todos tenemos una parte espléndida que aguarda ser invocada del subsuelo, como Lázaro, por la voz que la sepa ver y la sepa conmover, haciéndola salir a la luz. Todos ansiamos ser reconocidos, a buen recaudo del miedo y de la ira. 

Hay personas que saben nuestro nombre, y nos convocan a mágicas aventuras; que nos enseñan mapas de tesoros escondidos; que nos descubren la fuerza que dormita en nosotros; que nos apoyan cuando creemos perderla. Hay personas a las que seguiríamos al fin del mundo, aunque solo sea por sentir la dignidad de secundarlas, por contagiarnos un poco de su impulso vital, eso que Spinoza llamó conatus: algunos tienen tanto que pueden esgrimirlo a modo de estandarte. 

Esos individuos son los mensajeros de la oportunidad, los emisarios de la llamada, los derrochadores de la existencia. Camus, siguiendo a Nietzsche, los admiraba por esa conmovedora epifanía frente al absurdo. El verdadero líder no necesita parapetarse tras ningún sentido, porque lo inventa él para todos.

2 comentarios:

  1. Un verdadero líder.... quizás un verdadero líder se avergüence de tener que liderar a los demás, o simplemente otras cosas mejores tenga por hacer.

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  2. Personalmente no soy muy amigo de líderes. Tengo dos inclinaciones muy poco gregarias: ir a mi aire y llevar la contraria. Sin embargo, he comprobado que los grupos, para ser eficaces y satisfactorios para todos sus miembros, necesitan articularse en torno a una figura de autoridad; y digo autoridad, no sometimiento (aunque, tristemente, muchas veces se confundan ambas cosas).

    Para funcionar en grupo precisamos un centro neurálgico, un punto de referencia que dé consistencia al conjunto. A menudo surge espontáneamente, y es lo mejor. El líder es el valedor del impulso colectivo y de la norma acordada. ¿Recuerdas la película Scalibur? La tierra sin rey está condenada a desangrarse en permanentes conflictos.

    El líder administra un poder que le delega la tribu (a menudo, como dices, por mera responsabilidad y sin que le apetezca en absoluto). En el otro extremo, a veces sucede que abusa, y entonces lo que toca es plantarle la cara y contenerlo. En fin, un tema realmente complejo y apasionante.

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