Insistir puede ser útil… hasta cierto punto; más allá tal vez no sirva sino para estimular la resistencia y aumentar la oposición. Insistir puede ser recibido como una presión. En cambio, caminos indirectos como la persuasión o la seducción suelen provocar menos rechazo.
En estas lides, los razonamientos ayudan más bien poco. Si el otro siente que su autoestima está en juego, priorizará preservarla, llevándonos la contraria. No suelen faltar pretextos para el rechazo: «Se cree que lo sabe todo», «Siempre hay que hacer lo que él dice», «Solo ve lo negativo»… Una persona a la defensiva se acoraza tras sus murallas, y no abrirá la puerta ni siquiera a aquello con lo que está de acuerdo.
Es más fructífero dar la vuelta a los roles: suscitar la duda en el otro, sugerir que sea él quien encuentre las respuestas. Solo nos transforma realmente lo que surge de nosotros mismos. La publicidad lo sabe, y por eso prefiere despertar el deseo a instar a la conducta. Sócrates también lo sabía hace más de dos mil años, y por eso no predicaba verdades, sino que planteaba preguntas. «¿Tú qué opinas de…?» «¿Te parece realmente que…?» «¿Cómo crees que se podría plantear esto mejor?». La gente se resistirá a nuestros requerimientos, pero cumplirá con afán su propia iniciativa.
Interesante!
ResponderEliminar"Solo nos transforma aquello que sale de nosotros mismos", ¡qué bueno!
ResponderEliminarNuevamente la solución está en nuestra mano. La mayoría de veces, siempre había estado ahí, solo había que enfocar nuestra atención hacia adentro. ¡Hay tantas distracciones fuera!
Insistir en intentar que te cojan el teléfono en según qué sitios oficiales, eso sí que no sirve de nada.
Sobre eso de que solo nos transforma lo que sale de nosotros, todos lo hemos experimentado con nuestros hijos (y alumnos, cuando es el caso). Si les damos una orden, tendremos que enfrentarnos a su rebeldía o su desgana, y si al final conseguimos que lo hagan será a regañadientes y de cualquier manera. En cambio, si tenemos la santa inspiración (y paciencia) de vendérselo como algo que les implique o les motive, se pondrán a ello con entusiasmo.
Eliminar¿Recordáis el famoso episodio de Tom Sawyer y la pintura de la valla? Les hizo creer a sus amigos que era algo divertidísimo, y así consiguió no solo endosarles la tarea, sino que encima le pagaran por poder hacerlo. No digo que haya que actuar siempre así (hay cosas que se tienen que hacer, y punto), pero bravo por quien domina el arte de la persuasión...
En cuanto a lo del teléfono en los sitios oficiales, me parece que ahí, más que persuasión, haría falta disuasión. Severa y rigurosa, jeje.
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