sábado, 5 de agosto de 2023

Nostalgias

Tenemos dos vocaciones contradictorias: la sencillez y la complejidad.
Vivir es una tensión entre ambas, como entre la serenidad y la pasión, entre el hogar y la partida.


Cuando nos hallamos inmersos en una se nos despierta la nostalgia de la otra. «Ya he tenido una patria una vez, he construido una casa…», escribe Hesse en su diario de caminante. «Y cada cumplimiento se convirtió en una saciedad… La casa se me antojó estrecha». Y hubo de volver a ser un vagabundo… para detenerse ante las casas del camino, añorando el hogar. «Mi vida carece de centro… Nostalgia del hogar aquí, nostalgia de peregrinar allí». 

Deseo siempre de lo que no tenemos, siempre proyectados hacia lo que nos falta. ¿Hay remedio? Comte-Sponville propone el placer y la alegría de desear lo que no nos falta, y el budismo hacer que no nos falte nada, renunciando a todo; en el fondo se trata de lo mismo: una parte de lo que hay es la llamada de lo que falta. «No es asunto mío hacerme diferente de lo que soy ―continúa Hesse―… Mi misión es flotar entre muchas alternativas tensas y estar dispuesto cuando el milagro corre hacia mí». Tolerar, pues, que somos contradictorios, y vivir y amar esa tensión. «Todavía quedan por quemar muchas amadas estrellas de la nostalgia». 

2 comentarios:

  1. Confieso que me lo paso bien viendo programas antiguos, con RTVE Play, regocijándome en esa nostalgia. Mientras lo hago, echo el tiempo atrás y vuelvo a sentir momentos pasados, ahora, con la conciencia de que ya fueron. Y cuando acabo, intento volver a situarme en la idea de que lo mejor, está aún por llegar.

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    1. La nostalgia tiene su propia poesía. Una poesía agridulce, desde luego, donde se mezcla el pesar por la pérdida y la gratitud por lo vivido. En cualquier caso, mirar demasiado para atrás nos convierte en estatua de sal, como a la esposa de Lot. Como dices, hay que mantener a raya a las nostalgias y curarse con los buenos presagios.

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