sábado, 8 de junio de 2024

Alguien perdonará

«Alguien perdonará», tenía por título un poema que escribí de joven y le gustó a un amigo.
En realidad la composición es mediocre, pero aún me transmite intacta su zozobra.

¿Qué habían de perdonarme? ¿Qué era tan terrible que ni siquiera esperaba ser absuelto por la mayoría, solo por ese alguien indulgente y compasivo, en quien cifraba mi discreta esperanza? 

Seligman hizo que sus monos se tornaran apáticos sometiéndolos a un castigo aleatorio que no podían hacer nada para evitar ni para detener. Es lo que llamó la indefensión aprendida, devastador fenómeno que enseña a concebirse impotente frente a un mundo caótico. La indefensión aprendida debe ser pariente de lo que en los humanos llamamos baja autoestima. 

Supongo que era eso lo que me atormentaba. Todo parece culpa cuando uno no está en paz consigo mismo. Segismundo lo expresaba con desgarro: «El pecado mayor es haber nacido». Aunque no somos responsables de existir, sí sentimos que lo somos de no merecerlo, de esa osada transgresión, ese pecado original que es la presencia. Yo, que de algún modo aprendí a sentirme indigno, debía soñar con alguien que me redimiera de esa falta con su pródiga absolución. Encontré a quien lo hizo, pero no me curé: la duda persiste, y a veces aún aguardo tras la reja a que me indulten. 

2 comentarios:

  1. Hay gente que se imagina y sueña con sera famosa e importante. ¿Soñabas con ser un criminal? Lo digo por todo esto de la culpa, el indulto, etc....

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