sábado, 22 de junio de 2024

Desencuentros

Los desencuentros se ceban en sí mismos y se ahondan mutuamente.
Yo no tenía nada en contra de esa persona, incluso me caía bien, tal vez habríamos podido ser amigos. 

Pero un día alguien me cuenta cierto chisme, o surge cualquier malentendido, y cobra cuerpo la ofensa. De repente me sorprendo a mí mismo bosquejando razones defensivas: cosecho aquel detalle desagradable que hasta ahora me pasaba desapercibido, adivino malas intenciones en aquella escena a la que no había dado importancia. 

Cada nuevo argumento contra el otro dará apariencia más decisiva al anterior. De pronto descubriremos que nos habíamos estado engañando, que tomábamos por azaroso lo que era deliberado. Rescataremos algunas susceptibilidades que habíamos descartado por fútiles, y ahora nos parecerán de una importancia primordial. Coleccionaremos agravios y defectos, mientras vamos tirando a la basura simpatías y gratitudes. 

Cualquier acto del otro confirmará nuestras sospechas. Si es amable, lo acusaremos de hipócrita; si se muestra hosco, alzaremos una ceja: «¿Lo ves? Ya lo decía yo…» Cada supuesto ultraje nos parecerá más imperdonable, y tal vez acabe por serlo, porque nada como apoyar la mano en la espada para que los demás se pongan en guardia. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario