sábado, 24 de agosto de 2024

¿Imaginas?

¿Imaginas atravesar la vida sin astilla clavada en la simpleza,
y morir rápido sin sombra de arrepentimiento?   


¿Imaginas dormir tranquilo, limpio como un ángel, y poder dejar que arrecien burlas o reproches sin que nos haga mella su ariete emponzoñado? ¿Imaginas que el rechazo no nos perturbara, puesto que guardamos la dignidad a buen recaudo, y por tanto no sería nuestro el problema, sino del otro? ¿Imaginas tener siempre una sonrisa en la intención y una carcajada en la recámara? ¿Imaginas si pudiésemos abrirnos sin reparo, espectadores lúcidos y actores mesurados, serenos timoneles del deseo? ¿Imaginas abrir la puerta sin recelo, ajenos al temor de que conspiren o nos roben, del juicio que hay detrás de la mirada, y permitir entrar y dejar partir, sin pedir mucho ni esperar demasiado? 

Dichosos los egoístas, los egocéntricos, los insolentes, los despreocupados, los campechanos, los indiferentes. Los que no son buenos o lo son sin pretenderlo. Hay algo inocente y puro en ellos, y a menudo, aunque no consiga amarlos, intuyo comprensivo su razón, el impulso del que se ciñe a ser quien es. Toman lo que apetecen libres de reticencias, defienden lo suyo sin vacilación, ni pagan cuentas ni las guardan, y así esperan que lo hagan los demás. Por eso no se preocupan por nadie, ni siquiera por sí mismos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario