lunes, 14 de julio de 2025

Pauta personal

Un buen amigo me escribe: mientras no tenemos la verdad, podemos echar mano de una pauta personal que nos oriente en un mundo complejo.
¡Qué precisa brevedad! Esa es nuestra tarea, la de todos, la mía con estas reflexiones. 

Porque la verdad es lo que nos gustaría conquistar, aspiración tan perentoria como escurridiza, y, en fin, nunca acabada. Si Ítaca se nos escapa una y otra vez, siempre nos quedará el viaje. La lucidez no es tener las respuestas, sino formular las preguntas, y orientarse en medio de la incertidumbre con una brújula sincera y los pies bien plantados en el suelo. 

Es lo que mi amigo llama pauta: lo mismo que perseguía Epicuro paseando con sus camaradas, o Montaigne retirado en su torre de Aquitania. Principios, consideraciones amistosas que podamos dedicarnos a nosotros mismos; acierta mi amigo al calificarlas de personales: tanto como la vida. 

Y me gusta que concluya su reflexión aludiendo a la complejidad. Porque, en efecto, aspiramos a una cierta simplicidad que nos haga la vida más fácil, pero las cosas no suelen ser simples; las cosas, y aun más las personas, están llenas de matices, penumbras y perspectivas. El fanático niega esa complejidad, vive en un mundo monocromo. Nosotros la celebramos.

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